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Sibelius: Canciones

Jean Sibelius: Cuatro canciones para soprano y orquesta

La composición de canciones constituyó siempre una parte importante en la vida de Sibelius. En el conjunto de su obra, la interacción de texto y música puede considerarse como un hilo de Ariadna que cruza la mayor parte de su producción, una guía que, por su esencia íntima y personal, en muchas ocasiones nos acerca mucho más a su mundo interior y a su más profundo ser.

Las canciones de juventud de Sibelius se caracterizan por la elección de poemas que, con frecuencia, tratan del amor, un amor convencional y encantador, y exploran las sutilezas de los sentimientos. Musicalmente, encontramos tanto obras de gran intensidad y dramatismo, cuyo tratamiento y grandeza son orquestales, como líneas vocales de gran belleza, que se entremezclan con unos acompañamientos ligeros y sencillos, en los que la frescura del momento es una prioridad. Un ejemplo es Våren flyktar hastigt. Escrita en 1891 e incluida en la colección de canciones con textos de Runeberg, opus 13, esta encantadora canción se encuadra dentro de los años de evolución en el estilo de Sibelius, que culminarán en la Primera Sinfonía y en el poema sinfónico Kullervo. Son años en los que Sibelius busca inspiración en fuentes netamente finlandesas, como el poema épico nacional finlandés, el Kalevala, la mitología nórdica y la naturaleza y la música popular finlandesas. Durante estos años, sus viajes a la región de Karelia le ponen en contacto con lo más auténtico de la tradición musical finlandesa, como los “runos” del Kalevala, cuya influencia se puede ver claramente en canciones como Illalla (1898). Con texto en finlandés, esta canción (cuyo título tiene dos lecturas, "A la Noche" y "A Ilta", ya que así se llamaba la esposa del poeta) representa una de las más brillantes yuxtaposiciones de las antiguas formas musicales de la tradición musical finlandesa con la poesía más moderna del momento.

Los años que siguieron a 1908 no fueron fáciles en la vida de Sibelius. Diagnosticado con un tumor en la garganta y presionado por otros problemas personales, su música durante este período se vuelve más sombría e introspectiva. La sombra de la muerte, la desesperación y la angustia se hacen presentes en las obras de estos años, como en su único cuarteto de cuerdas Voces intimae (1909). Hertig Magnus (1909), quizás una terapia momentánea para evadirse del mundo, es sólo una muestra de la necesidad de liberación de Sibelius en estos años. Es más, por momentos, invita a pensar en él como el protagonista real del poema.

En los años siguientes, el estilo musical de Sibelius evoluciona hacia el idioma más delicado, impresionista y evocador ejemplificado en Kaiutar, una canción con texto finlandés escrita en 1915, el mismo año que la Quinta Sinfonía, también presente en este concierto, con la que comparte delicadeza y luminosidad. El comienzo de la Primera Guerra Mundial y la consiguiente Guerra Civil en Finlandia (1918) provocaron la suspensión de los viajes de Sibelius al extranjero, aislándolo aún más del mundo musical. La consecuencia fue un período de soledad y nostalgia al que pertenece Kaiutar, una obra sobre el origen del eco y las mágicas criaturas del bosque que evoca una época y un escenario imaginarios.

Javier Arrebola
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